Pilas cargadas a tope, músculos en tensión, rodillas magulladas, algún moratón que otro, y agujetas infinitas… Una tarde inolvidable, para repetir diría yo.
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Vamos a suponer que estás de acuerdo con esto, pero puede rechazarlo por no si lo desea. AceptarLeer más